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Santiago de Chile, Efe
El número de víctimas por el terremoto que anteayer, sábado, asoló el 80 por ciento de Chile se eleva ya a 708 muertos, según informó ayer informó la presidenta, Michelle Bachelet. La mandataria chilena anunció la declaración de «estado de catástrofe» en las regiones del Maule y del Bío Bío, las más afectadas por el seísmo. Según el ministro de Defensa, Francisco Vidal, son diez mil los efectivos que se destinarán a esas regiones y 1.500 específicamente en la ciudad de Concepción, donde han comenzado a registrarse saqueos en comercios.
La mayor parte de las víctimas se produjo en la región del Maule, con 541 muertos, seguida de Bío Bío, con 64. Las 103 restantes se distribuyen en las otras regiones afectadas, donde además hay dos millones de damnificados. Otras regiones donde se han producido víctimas son las de Valparaíso, O'Higgins, La Araucanía y Santiago. Bachelet aseguró que hay «una enorme cantidad» de personas desaparecidas, que con certeza elevarán las cifras de víctimas.
La mandataria también anunció un acuerdo con las principales cadenas de supermercados para la entrega gratuita de productos de primera necesidad en las regiones del Maule, Bío Bío y algunos sectores de La Araucanía.
Mientras los esfuerzos se dirigen a recuperar a las personas atrapadas bajos los escombros, el tráfico aéreo ha comenzado a normalizarse. Chile hará un catastro de necesidades para canalizar los esfuerzos internacionales de ayuda. Bachelet indicó que se pedirán, sobre todo, hospitales de campaña y material sanitario, puentes mecano para reparar los numerosos puentes derribados, equipos de telecomunicaciones y electrógenos, y purificadores de agua, además de especialistas en rescates.
El terremoto sufrido por Chile es el quinto más fuerte de la Historia, y no el segundo, como erróneamente se difundió el sábado. Han quedado destruidas o dañadas al menos un millón de viviendas. No hay noticias de la costa de la provincia de El Maule ni de la ciudad de Cobquecura, donde golpeó con fuerza un tsunami después del seísmo. La costa chilena sufrió el embate de la crecida del mar, que arrasó todo a su paso, dejando numerosos barcos varados en tierra. En la isla de Robinson Crusoe fallecieron cinco personas y otras once están desaparecidas. En el resto del Pacífico, sin embargo, no se produjeron las grandes olas previstas.
